Hoy prepararemos un plato sencillo, que seguro gustará a toda la familia. No solo por su sabor, sino por lo colorista que es, y eso, es muy importante en la cocina.
Una buena presentación en la mesa, hace de un buen plato, un plato mejor.
No lo dudéis, si conseguís, esto. Hasta el paladar más exigente, se rendirá ante vuestros platos, incluidos los niños.
Una buena presentación en la mesa, hace de un buen plato, un plato mejor.
No lo dudéis, si conseguís, esto. Hasta el paladar más exigente, se rendirá ante vuestros platos, incluidos los niños.
Ingredientes:
Carne picada de ternera
Huevos
Zanahoria y cebolla
Guisantes, ajo y perejil
Pan rallado
Pimienta, sal y aceite de oliva
En un bol, salpimentamos la carne picada, ponemos también pan rallado, el ajo muy picado y un huevo. Amasamos todo para que se mezcle bien. Añadiremos el pan rallado que sea necesario, hasta que la carne quede lo suficientemente consistente para hacer unas bolas que no se rompan.
Cogemos la carne y la redondeamos. Hacemos las albóndigas no muy grandes, terciadas. Las enharinamos y sofreímos lentamente en una cazuela con aceite de oliva.
Reservamos las albóndigas en un plato con papel, para que absorba el aceite sobrante.
En el mismo aceite que hemos frito las albóndigas, freímos la cebolla y la zanahoria cortada.
Cuando esté todo bien sofrito, añadimos las albóndigas y cubrimos de agua hasta que cubra la carne. Podemos añadir un poco de colorante alimenticio para que el guiso luzca un poco más.
Dejamos que cueza unos 20 minutos. Añadimos los guisantes y probamos de sal. Cocemos otros 10 ó 15 minutos aproximadamente. Controlando, que la salsa vaya espesando.
Atención: Si queremos que la salsa quede algo más espesa, podemos retirar un buen puñado de los guisantes y triturarlos. Los incluiremos de nuevo y moveremos, comprobando, que la salsa ha espesado.
Servimos.
En un bol, salpimentamos la carne picada, ponemos también pan rallado, el ajo muy picado y un huevo. Amasamos todo para que se mezcle bien. Añadiremos el pan rallado que sea necesario, hasta que la carne quede lo suficientemente consistente para hacer unas bolas que no se rompan.
Cogemos la carne y la redondeamos. Hacemos las albóndigas no muy grandes, terciadas. Las enharinamos y sofreímos lentamente en una cazuela con aceite de oliva.
Reservamos las albóndigas en un plato con papel, para que absorba el aceite sobrante.
En el mismo aceite que hemos frito las albóndigas, freímos la cebolla y la zanahoria cortada.
Cuando esté todo bien sofrito, añadimos las albóndigas y cubrimos de agua hasta que cubra la carne. Podemos añadir un poco de colorante alimenticio para que el guiso luzca un poco más.
Dejamos que cueza unos 20 minutos. Añadimos los guisantes y probamos de sal. Cocemos otros 10 ó 15 minutos aproximadamente. Controlando, que la salsa vaya espesando.
Atención: Si queremos que la salsa quede algo más espesa, podemos retirar un buen puñado de los guisantes y triturarlos. Los incluiremos de nuevo y moveremos, comprobando, que la salsa ha espesado.
Servimos.