Dentro de la repostería, la manzana es una de las frutas, a la que más se le saca partido.
Asadas, en pasteles o como en nuestro caso, en tartas. La manzana, es una fruta muy recurrente.
En este blog la seguiremos utilizando de muchas maneras. Pero en este caso utilizaremos una base de masa brisée (masa quebrada).
Ingredientes:
Manzanas golden (unas 5 piezas)
200 ml de nata para cocinar
3 huevos
100 g de azúcar
Mermelada de melocotón
Mermelada de melocotón
1 cucharada sopera de maicena
Ingredientes para la masa:
200 g de harina
150 g de mantequilla
Preparamos primero la masa en un bol. Ponemos harina y mezclamos la mantequilla que primero hemos disuelto en el microondas. De esta manera, es más sencillo mezclar. Amasamos hasta conseguir una masa perfecta. Reservamos en lugar fresco durante 1 hora.
Mientras la masa coge consistencia.
En un vaso para batidora, lo suficientemente grande, mezclamos los demás ingredientes.
En un vaso para batidora, lo suficientemente grande, mezclamos los demás ingredientes.
Pelamos y cortamos 3 manzanas en trozos, añadimos la nata, los huevos, el azúcar y la maicena. Batimos muy bien, hasta que quede una crema sin grumos. Las otras 2 manzanas las cortaremos en gajos para adornar la tarta, más tarde.
Cubriremos de mantequilla la bandeja que utilizaremos para el horno y espolvorearemos un poco de harina, sobre todo en la base, para que no se nos pegue.
Con un rodillo estiraremos la masa, y la colocaremos en el fondo de la bandeja.
Cubriremos con la crema y hornearemos a unos 170º C durante 40 minutos.
A la mitad del horneado, decoraremos con la manzana cortada en gajos. Procurando así, que esta, no se nos queme.
Comprobaremos que la tarta esté hecha por dentro, y que la manzana esté dorada. Sacamos del horno.
Al salir la tarta del horno, en un vaso, con un poco de agua caliente, ponemos la mermelada y mezclamos bien hasta que quede ligera. Cubrimos la tarta con una brocha de cocina.
Así evitaremos que la tarta al enfriarse, se agriete y se vea mucho más apetecible.
Dejamos enfriar.
Comprobaremos que la tarta esté hecha por dentro, y que la manzana esté dorada. Sacamos del horno.
Al salir la tarta del horno, en un vaso, con un poco de agua caliente, ponemos la mermelada y mezclamos bien hasta que quede ligera. Cubrimos la tarta con una brocha de cocina.
Así evitaremos que la tarta al enfriarse, se agriete y se vea mucho más apetecible.
Dejamos enfriar.
El éxito está asegurado.