Versión más sencilla, de la típica receta gallega, que además de tener algún ingrediente menos, cambia el lacón por codillo, que es mucho más sencillo de encontrar en los supermercados y a mi manera de ver, mucho más jugoso. Pero mantiene ese toque especial, el sabor tan peculiar de los grelos. Ese regusto agrio, hacen de este plato, algo distinto. A mi, me parece una delicia.
Ya veis, un nuevo plato tremendamente sano, ideal para esta época de frío y sobre todo, con la grasa mínima que aporta el codillo. ¡A disfrutar!
Ingredientes para 4 personas:
1 codillo de cerdo en salmuera (1200 g aproximadamente)
500 g de grelos
500 g de patatas
Pimienta en grano
Sal
Como podéis ver, los ingredientes son pocos, pero seguro que el resultado final, es delicioso.
Primero debemos preparar el codillo. Como he dicho en alguna que otra receta (Codillo estilo alemán con chucrut) lo mejor es conseguir, un codillo en salmuera, vienen bien preparados, y con el punto exacto de sal, así, no hace falta nada más.
En una olla a presión colocamos el codillo que pasamos primero por el grifo, para retirar el caldo con en el que viene envasado. Ponemos agua hasta que cubra la pieza y añadimos unos granos de pimienta negra, con 8 ó 10 valdrá. Nada de sal. Cocemos unos 75 minutos.
Terminada la cocción, dejamos enfriar y abrimos la olla para trocear el codillo.
Con tiempo, limpiamos bien la verdura en agua y cortamos los tallos más gruesos. El grelo, es la hoja del nabo y los tallos inferiores, los pegados al nabo, son algo más duros. Pero podemos utilizar, casi todo.
Ahora, en otra cazuela, cocemos los grelos troceados en agua, con un poco de sal.
Atención, un consejo. Si la verdura es fresca, es preferible, retirar el primer agua de la cocción. Nada mas empiece a hervir. Puede resultar muy fuerte y no gustar mucho.
Con el segundo agua, sumamos a la cocción, varios cazos del caldo del codillo. Como dos partes de agua, una de caldo. Incorporamos las patatas peladas y troceadas. Seguidamente, el codillo también picado. Así mientras se cuece tanto los grelos como las patatas, se mezclaran mejor los sabores. Cuando la patata esté tierna, estará todo listo. No hace falta cocer más la verdura, así no perderá esa deliciosa textura.
Servimos bien caliente.
Una receta parecida a la tradicional, sin el chorizo y el pimentón. Pero con el gusto de siempre. El estomago, os lo agradecerá.