Parece que la temporada de fresas o fresones, llega a su fin. Este año, han llegado a los mercados en grandes cantidades, y parece que de buena calidad. Lo digo, por la infinidad de recetas que he visto durante estos días. La fresa o el fresón, son un ingrediente genial para preparar platos muy vistosos y sugerentes, por eso, quiero enseñaros este truco-consejo-receta, que seguro os vendrá bien.
En los supermercados de nuestro país, tenemos a nuestra disposición, una cantidad ingente de productos para endulzarnos el paladar, deliciosas coberturas de mucho sabores, salsas para acompañar y distintos edulcorantes para aumentar el dulzor de nuestros postres.
Pero resulta que en ocasiones, no tenemos a nuestra disposición en la cocina nada de esto, y necesitamos algo para acompañar esas fresas que se aburren en la nevera.
No hay problema, seguro que no falta en casa unas pocas galletas y un tarro de miel que no utilizamos desde hace tiempo. Pues problema solucionado.
Picamos en el vaso de la batidora o en un mortero, un buen puñado de galletas, hasta conseguir un granulado lo suficientemente pequeño. Mientras calentamos el tarro de miel, que no hay quien la mueva. Miramos en la nevera a ver si nos queda, algún botecito de nata para montar. ¡Estupendo! seguro que a los niños, no les importará que pongamos un poco de nata.
Con los ingredientes preparados, elegimos el vaso de postre perfecto, ponemos las fresas limpias, añadimos la nata montada y espolvoreamos las galletas. Para finalizar, un chorrito de rica miel.
Ya tenemos un delicioso postre, con sencillos y naturales ingredientes, que seguro harán las delicias de los más pequeños y los que no lo son tanto.