jueves, 21 de noviembre de 2013

¡Una de callos!

Tenemos el frío metido en los huesos. ¿No decíamos que el buen tiempo estaba durando mucho?...¡pues toma frío!
Nevando en muchas partes del país, seguro que apetecerá esta receta que os voy a proponer. Muy típica de la gastronomía madrileña y un manjar en la mesa.
Hoy ¡una de callos!
Los callos, elaborados con la tripa de la ternera o vaca, y acompañados de morcilla y chorizo, son una de las raciones y tapas más típicas de Madrid.


Ingredientes para 4 personas (y para el día siguiente):

2 kg de callos
1/2  pata de cerdo
Un trozo de morro de cerdo
1 morcilla 
1 chorizo
1 punta de jamón
2 guindillas
1 cebolla
Tomate frito
Harina
Sal y aceite de oliva

Como habéis notado, el plato no sólo lleva callos, en mi caso, me gusta también echarle un poco de pata de cerdo y morro, también se podría añadir un poco de oreja, eso va en gustos.
La razón está clara, con todo ello crearemos una salsa más espesa y apetitosa con la gelatina que soltará, tanto la pata como el morro. Además sería muy aburrido sólo con ellos.

Primero y principal, es limpiar correctamente los callos, aunque estos vengan limpios, es aconsejable lavarlos bajo el grifo muy bien.

En la olla exprés, pondremos los callos, la pata, el morro la morcilla, el chorizo y la punta de jamón. Se añade agua hasta cubrir y se agrega la sal. Tapamos y cocemos durante 30 minutos a fuego medio.
Pasado el tiempo, retiramos del fuego, destapamos la olla después de enfriar y retiramos parte del caldo obtenido, un vaso y medio aproximadamente. Ahora ponemos la misma cantidad que hemos retirado, de agua. De esta manera, no resultará tan fuerte el sabor.
Volvemos a poner al fuego nuestros callos y cocemos sin tapar a fuego lento.

Mientras tanto, en una sartén, sofreímos la cebolla muy picada. Cuando comience a dorar, añadimos una cucharada de harina y seguidamente el tomate frito, unos 120 g. Removemos todo bien. Finalmente añadimos las guindillas.
Añadimos el sofrito a la olla que seguirá cociendo, otros 10 minutos más. Removemos de vez en cuando para que no se nos peguen.

Ya tenemos listos nuestros callos. Un plato con fuerza y muy típico en estas épocas de frío.

Espero que lo disfrutéis.

¡Cuidado también esta vez con el pan!