miércoles, 6 de marzo de 2013

Piquillos rellenos de bacalao

Aunque exista una gran variedad de pescados en nuestras pescaderías, siempre termino buscando el bacalao en el expositor. Salado me encanta, pero fresco me gusta más. No puedo resistirme.
Así que hoy vamos a preparar uno de esos platos típicos, sencillo y que gustan, y mucho. Sobre todo a los que les encanta mojar en la salsa.
Utilizaremos bacalao desalado, que ahora tenemos en todos los supermercados, viene desmenuzado y sin espinas ¡Mejor así! Pero podemos optar, por desalarlo nosotros mismos.


Ingredientes:

250 g bacalao desalado
Pimientos del piquillo
1 Cebolla
2 cucharadas de maicena
300 ml de leche
Ajos
Sal y aceite de oliva

Si vamos a desalar el bacalao nosotros mismos. Lo mantendremos a remojo de 24 a 48 horas en agua, preferiblemente muy fría, así no se nos deshará. Cambiando el agua varias veces. Si aún sigue a vuestro gusto salado, lo mantendremos unas horas en leche. 

Según el relleno que pongamos serán más o menos pimientos. Los ingredientes son para una docena de pimientos. De todas maneras, es conveniente, dejar alguno sin rellenar, para la salsa.

Preparamos una bechamel. En una cazuela, calentamos los 250 ml de leche hasta que cueza, retiramos y añadimos la maicena que previamente disolvimos en un poco de leche fria en un vaso. Removemos hasta conseguir una crema espesa. Calentamos de nuevo si hiciera falta. Reservamos

Si queremos, en una sartén con aceite de oliva, podemos sofreír un poco los pimientos con unos ajos cortados en lonchas, para darles un toque más interesante. Ahora en las tiendas, los venden así preparados. Dejamos que enfríen.

Seguidamente, en una sartén con aceite de oliva, ponemos a sofreír la cebolla cortada bien fina. Añadimos un poco de sal. Hay que reservar algo de la cebolla sofrita, para la salsa. Antes que empiece a dorarse, añadimos el bacalao desmigado. Sofreímos hasta que desprenda toda el agua.  
Llegados a este punto, incorporamos al sofrito, la besamel que hemos preparado con anterioridad, pero no toda. No debemos pasarnos, debe ser una crema lo suficientemente ligera para el relleno pero no demasiado. Rellenamos los pimientos. Podemos cerrarles con unos palillos. Los colocamos en una fuente o cazuela.

En un bol o vaso de batidora, ponemos alguno de los pimientos que nos han sobrado sin rellenar, también podemos utilizar pimiento morrón.   Agregamos además, cebolla y un poco de bechamel de lo que nos ha sobrado. Batimos. Así tenemos un rica salsa, con la que cubrimos los pimientos. Podemos meterlos en el horno o simplemente darles un hervor a fuego lento. Entre 5 ó 10 minutos, será suficiente.

Emplatamos y servimos.